Este verano pasé fugazmente por Rotterdam y me quedé con las ganas de visitar la Biblioteko Hector Hodler en la sala Zamenhof de la sede de la Universala Esperanto Asocio (UEA). La biblioteca es, junto con el Esperantomuseum de Viena, una de las más grandes del mundo dedicadas al esperanto. Hector Hodler, hijo del pintor suizo Ferdinand Hodler, fue uno de los fundadores de la UEA en 1908 y sucedió en el cargo al primer presidente de la organización, Harold Bolingbroke Mudie. Tras el fallecimiento de Hodler en 1920, su inmensa colección pasó a la UEA y desde 1947 la biblioteca lleva su nombre.
Por lo que he podido cotillear en Internet, la biblioteca Hodler no sólo cuenta con más de treinta mil volúmenes, sino que en ella pueden encontrarse documentos tan curiosos como éste:
Este carnet de la UEA de 1918 está firmado por Hodler poco antes de su muerte y en él, además de la foto de medio cuerpo del titular (Celestino Escabés, de Calahorra), se aprecia que en el lado izquierdo hay espacio para hacer constar el tipo, la marca, el número y el peso de la ¡bicicleta! Extraña información, probablemente responsabilidad de algún esperantista fanático del ciclismo.
Si algo tiene más delito que estar en Rotterdam y no pasar por el número 176 de Nieuwe Binnenweg, es haber estado en Sant Pau d'Ordal (eso sí, comiendo magníficamente en Cal Xim) hace menos de un mes y no visitar el Museo de Esperanto.
El museo es propiedad de Rafael Hernández, pero el fondo lo recopiló su padre, Luis Hernández, fallecido en 2002. Luis Hernández explicaba en esta entrevista (aparecida en 1996 en la revista Kataluna Esperantisto) que, cuando empezó a trabajar de farmacéutico en Sant Pau d'Ordal, sólo contaba con una bicicleta como medio de transporte. El taller de reparación de bicicletas del pueblo lo regentaba el señor Sans, un veterano esperantista que había conocido a Zamenhof. Sans intentó convencer a Luis Hernández de que aprendiera esperanto, pero el joven tenía otros quebraderos de cabeza. Sin embargo, cuando en 1963 Hernández visitó el congreso esperantista celebrado en Barcelona, y al que asistieron alrededor de 700 personas, decidió aprender esperanto «en serio». Eran otros tiempos y, tal y como recogía en portada La Vanguardia (entonces La Vanguardia Española), fue el cardenal arzobispo de Tarragona quien inauguró el XXIV Congreso Nacional de Esperanto.
No sé si el señor Sans llegó a ser miembro de la UEA ni si en su carnet constaba el modelo de su bicicleta. En cualquier caso, si en su época hubiera existido Internet, bien podría haber elaborado este útil glosario para todo ciclista «esperanzado» (haz clic en el logo, y luego selecciona esperanto).
En estos días quien más quien menos hace su promesa para el año próximo. Tradicionalmente mis buenas intenciones para el nuevo año empiezan con una subida en bicicleta a la Rabassada en la mañana del 1 de enero, a modo de purificación. Sin duda, Rotterdam, como el resto de Holanda es un paraíso para los ciclistas. Y la ruta entre Barcelona y Sant Pau d'Ordal, con el puerto del Ordal de por medio, es una delicia para cualquier aficionado al ciclismo de carretera. Así que, puesto que Rotterdam queda lejos, espero poder pedalear hasta Sant Pau d'Ordal y visitar su museo en este próximo mes de enero.
p. d. Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Zamenhof, TV3 emitió este reportaje sobre el museo de Sant Pau d'Ordal.