El principio de simplicidad de la lengua internacional empieza por la fonética. En esperanto, el concepto de que cada letra representa un fonema y cada fonema es representado por una letra no tiene excepciones. No es el caso del castellano, donde una letra como la c puede sonar /k/ en ‘casa’ o /c/ en ‘cepillo’. O un mismo fonema /x/ puede representarse con una j o una g. Esta biunivocidad, unida a la regularidad acentual, permite leer cualquier texto en esperanto sin problemas en cuanto uno se aprende el alfabeto, algo que no sucede en idiomas relativamente fáciles de leer como el castellano, el alemán o el ruso, y mucho menos en lenguas como el inglés o el francés, donde la ortografía se convierte en una pesadilla.
No todos los fonemas del esperanto tienen equivalente en castellano, pero sí en otras lenguas más familiares para Zamenhof como el ruso. La decisión de no utilizar el alfabeto cirílico sino el latino (mucho más extendido), así como su voluntad de mantener a rajatabla la regla de un fonema, una letra lo llevó a huir de los dígrafos. En el caso del inglés, por ejemplo, el dígrafo gh representa un fonema en ‘ghost’, otro en ‘enough’, o sencillamente no suena (‘through’). Este doble condicionante de ausencia de dígrafos y alfabeto latino se halla en el origen de las controvertidas ĉapelitaj literoj (letras con sombrero).
Éstas son las 28 letras del alfabeto del esperanto:
a, b, c, ĉ, d, e, f, g, ĝ, h, ĥ, i, j, ĵ, k, l, m, n, o, p, r, s, ŝ, t, u, ŭ, v, z
Las cinco vocales a, e, i, o, u suenan exactamente igual que en castellano.
El nombre de las vocales es a, e, i, o, u; el nombre de las consonantes es bo, co, co, do, fo, etcétera.
Las letras b, d, f, k, l, m, n, p, s y t son equivalentes a las del castellano.
La c suena como el grupo ts (equivalente a la letra rusa ц) en ‘Betsabé’ o como la doble z italiana en ‘pizza’
La ĉ es equivalente al dígrafo ch en castellano (‘chocolate’).
La g suena siempre suave, como en ‘gato’, ‘gallina’ o ‘gorrión’ (nunca como en ‘general’).
La ĥ suena como la j castellana en ‘jarro’.
La j es una semivocal, como la y de ‘ley’ en castellano. Forma siempre diptongo con la vocal que la precede.
La ĵ es una fricativa postalveolar, como la pronunciación argentina de ‘yo’ o la francesa de ‘jeudi’.
La r siempre suena suave como en la del castellano ‘cura’.
La ŝ suena como el grupo consonántico inglés sh en ‘she’.
La ŭ es una semivocal. Suena como la u, pero formando diptongo con la vocal que la precede.
La v es una fricativa labiodental, a medio camino entre la f y la b, como la v francesa de ‘veuve’.
La z es una s sonora como la del catalán ‘zero’ o la del ingles ‘zoo’.
Y para los versados en el Alfabeto Fonético Internacional (IPA):
Litero: | a | b | c | ĉ | d | e | f | g | ĝ | h | ĥ | i | j | ĵ | k | l | m | n | o | p | r | s | ŝ | t | u | ŭ | v | z |
IPA: | a | b | t͡s | t͡ʃ | d | e | f | g | d͡ʒ | h | x | i | j | ʒ | k | l | m | n | o | p | r | s | ʃ | t | u | w | v | z |
Bastará decir que todas las palabras del esperanto son llanas (salvo los monosílabos, claro está) y ya tenemos todas las reglas para leer correctamente un texto en esperanto.
Y para terminar un pangrama en castellano
Quiere la boca exhausta vid, piña, kiwi y fugaz jamóny otro en esperanto (ĉiuliteraĵo)
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