Recibir un paquete del Libroservo de la UEA es siempre una alegría y una sorpresa. La historia suele empezar cuando abro la puerta del edificio al cartero (como todos los días). Éste deja una nota de recogida con fecha del día anterior en la que previamente ha apuntado que el paquete procedente de «Nederlando» no se pudo entregar por no encontrarse en su domicilio el destinatario.
Tras la excursión a la oficina de Correos, vuelvo a casa y abro el paquete. Es entonces cuando llega la alegría de encontrar los libros que había pedido desde el catálogo electrónico de la UEA y la sorpresa del paquete interior (dentro de la caja habitual), que envuelve cuidadosamente los libros. En una anterior ocasión me encontré unas galeradas de una excelente edición bilingüe e ilustrada de la Divina comedia (La dia komedio, traducida al esperanto por G. Peterlongo). ¿Qué mejor destino para unas galeradas?
En esta ocasión el envoltorio es un calendario del año 2008 (la hoja correspondiente al mes de agosto) en esperanto y ucraniano. El mes de agosto en ucraniano es серпень [serpien]) y procede de серп (‘hoz’), por ser el mes en que se utiliza esa herramienta para cosechar. Exactamente el mismo origen tiene el nombre polaco sierpień o el checo srpen, y muy parecido, los que se usan en bielorruso (жнiвень [zhniven]) y tradicionalmente en macedonio (жетвар [zhetvar]), y que en ambos casos proceden de la palabra que significa ‘cosecha’. Mientras que el ruso y otros idiomas eslavos adoptaron nombres de los meses basados en el calendario latino, polaco, checo, ucraniano, macedonio, croata y bielorruso mantuvieron nombres relacionados con la actividad o las condiciones climáticas propias de ese mes, una idea que se recuperó en la Revolución francesa.
Lógicamente, Zamenhof eligió aŭgusto como nombre del octavo mes del año en la lengua internacional. Los nombres del resto de los meses tienen la misma raíz que en la mayoría de las lenguas europeas. Ésta es la lista completa: januaro, februaro, marto, aprilo, majo, junio, julio, aŭgusto, septembro, oktobro, novembro, decembro.
En la elección etimológica de las palabras para designar el tiempo, Zamenhof se basó en el francés para los días de la semana: lundo, mardo, merkredo, ĵaŭdo, vendredo, sabato, dimanĉo. Es decir, sólo se alejó del francés en el caso del sábado, donde fue directamente al origen hebreo שבת [shabbat].
Para designar otras unidades de tiempo pensó en el alemán: tago (‘día’, alemán: tag), jaro (‘año’, alemán: jahr), monato (‘mes’, alemán: monat). En cambio, en el caso de la semana dejó de lado la raíz germánica (woche, week) y optó por la latina: semajno.
En cuanto a las cuatro estaciones, Zamenhof olvida las lenguas eslavas y opta por una elección variada entre idiomas latinos y germánicos: printempo (francés: printemps), somero (alemán: sommer, inglés: summer), aŭtuno (italiano: autunno, francés: automne), y vintro (alemán, inglés: winter)
Para decir la fecha en esperanto, se expresa el día en forma de adjetivo seguido por el nombre del mes:
2 comentarios:
Parlant del "postman"… gràcies per un altre magnífic "post"! ;)
Gràcies!
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